Si usted es un gerente, es posible que se pregunte cómo su comportamiento hacia el personal afecta en la productividad y en la contribución de su departamento a las ganancias. Si es así, este libro es para usted. El autor tuvo muchos trabajos detestables. Los gerentes apáticos empeoraron las malas condiciones. Él estaba tan preocupado que hizo que pasara la mayor parte de su vida adulta descifrando las métricas (resultado neto) del mundo real, derivadas del comportamiento de los jefes hacia las personas bajo su cuidado. La ausencia de rendición de cuentas en el maltrato al personal con la consecuente baja productividad ha sido la norma universal. Aun así, hay muchos gerentes que actúan en beneficio de sus colaboradores. ¿Qué diferencia medible produce?
Es difícil conseguir métricas sobre insumos intangibles, razón por la cual este libro abarca casi cuatro décadas. Hay muchas agujas conductuales en el pajar corporativo. Para aislar aquellas que aumentan la productividad y las ganancias, el autor midió un rango amplio de insumos conductuales y su impacto. Los estados financieros auditados en el transcurso de los proyectos de investigación son evidencia empírica de ese impacto. Los estudios de correlación están resumidos para los lectores. El cambio conductual mensurable es muy lento; por lo que el tiempo se ha comprimido. Sin embargo, han surgido signos positivos a partir del primer año desde la introducción de métricas de comportamiento que aumentan la rendición de cuentas. El misterio del personal no comprometido se resolvió durante el proceso. Es el comportamiento afectuoso, a la antigua usanza, que convierte tinta roja (pérdida en estados financieros) en negra. Los gerentes apáticos exudan tinta roja. Le sorprendería saber cuánto. Todo se reduce en identificar dónde está ubicado usted (y todos los gerentes) en el continuum apatía-empatía. Los gerentes no están estancados. El cambio de comportamiento positivo es factible.
Cuando llegue al resultado neto – y al último capítulo – tendrá el control de los insumos negativos intangibles que aquejan a las empresas. Tendrá una ventaja sobre todos aquellos que no leyeron este libro. Sabrá lo que su personal necesita de usted, lo que le permitirá mejorar su desempeño. Será muy apreciado por proporcionarlo. ¿Y su empresa? Le darán el reconocimiento por abrir la llave de una fuente completamente nueva de ganancias. ¿No deberían los gerentes tener un algoritmo de comportamiento para maximizar los resultados? Está aquí. A medida que lo aplique, estará recorriendo la milla extra por su personal. Ellos tendrán un comportamiento recíproco. Sus números validarán el impacto en ganancias (dólares o la moneda que utilice su empresa) y serán la prueba de su efectividad.
If you are a manager, you may be wondering how your behavior towards staff affects your department’s productivity and contribution to profits. If so, this book is for you. The author had many detestable jobs. Apathetic managers made poor conditions worse. He was so concerned that he spent most of his adult life deciphering real-world metrics (bottom line) derived from bosses’ behavior toward the people in their care. The absence of accountability in the mistreatment of personnel with the consequent low productivity has been the universal norm. Even so, there are many managers who act for the benefit of their employees. What measurable difference does it make?
Metrics on intangible inputs are difficult to come by, which is why this book spans almost four decades. There are many behavioral needles in the corporate haystack. To isolate those that increase productivity and profits, the author measured a wide range of behavioral inputs and their impact. The financial statements audited in the course of the research projects are empirical evidence of this impact. The correlation studies are summarized for readers. Measurable behavioral change is very slow; so time has been compressed. However, positive signs have emerged from the first year since the introduction of behavioral metrics that increase accountability. The mystery of disengaged staff was solved during the process. It’s caring, old-fashioned behavior that turns red ink (loss on financial statements) into black. Apathetic managers exude red ink. You’d be surprised how much. It all comes down to identifying where you (and all managers) are located on the apathy-empathy continuum. Managers are not stagnant. Positive behavior change is doable.
When you get to the net result – and the last chapter – you will have control of the intangible negative inputs that plague companies. You will have an advantage over all those who have not read this book. You will know what your staff needs from you, allowing you to improve their performance. It will be highly appreciated for providing it. And your company? You will be recognized for opening the key to a whole new source of profit. Shouldn’t managers have a behavioral algorithm to maximize results? Is here. As you apply it, you’ll be going the extra mile for your staff. They will have reciprocal behavior. Your numbers will validate the impact on profits (dollars or the currency your company uses) and will be proof of its effectiveness.